En navegación, entre Marina Rubicón (Lanzarote) y Marina Sansouci
(Santo Domingo, Republica Dominicana)
Hemos pasado la longitud 52º 30’, así que hemos vuelto a retrasar la
HRB (Hora Reloj de Bitácora). Los mensajes llegarán ahora a las 11:00 hora
peninsular. Como comentábamos ayer, por algún misterio del mar, los mensajes
dejaron de recibirse, así como algún mail que había enviado y otros enviados. Parece
ser que se ha solucionado.
Ayer, al caer el sol, vemos algo de fauna. Un cachalote (según la
clara identificación de Toño) a unos 300 metros por estribor. Un albatros da un par
de vueltas a nuestro alrededor, y se va como llegó. La noche empieza tranquila,
con el Sr. Font y Mañas en la primera guardia. Seguimos tranquilos, con génova
atangonado, a 5 nudos de media. Ven las luces de un barco. Se animan, ya
estamos más cerca de las Islas Vírgenes, del Caribe. A las 24:00 horas entran
Toño y Caula. Todo sigue igual. Ven las luces de un segundo barco. A las 04:00
entramos el Sr. Font y un servidor. A la media hora, el viento sube y nuestra
velocidad aumenta a casi 7 nudos. La situación se mantiene hasta el amanecer.
Luego el viento cala un poco. Con todos en pie, trasluchámos la mayor y
quitamos el génova atangonado. Sobre las 10:30 sacamos spi ligero, haciendo un
poco más norte del necesario. A las 12:30 trasluchámos, y aquí seguimos. Unos 6
nudos de media, con viento de componente Este de 10 nudos, yendo otra vez un
poco al sur (255º), y a punto de perder los 17º N de latitud. A última hora
preparamos nuestro aparejo de noche: quitamos spi y nos ponemos a orejas de
burro con génova atangonado. Perdemos algo de velocidad, pero vamos mucho más
tranquilos. Pronto llegará la zonas de tormentas, aunque es suelen ser en
latitudes más bajas.
Antonio habla con Rafael y con el Niob VI. Ellos están aproximadamente
a 115 millas
de la meta, pero tienen vientos muy ligeros. Nosotros ya nos movemos en dígitos
de 3 cifras de DTF, ahora descontar se hace más fácil. El Acrobat y Pilar se
nos acercan un poco (ayer pedimos unas 5 millas). Parece lógico, al tener nosotros un
barco bastante más pesado, que va bien con viento algo más duro.
Rafael comenta con Antonio que la regata no esta bien planteada, por
tres razones: por las fechas (en enero el alisio es más inestable y débil), por
la salida de la península, que hace más difícil la participación en comparación
con la ARC (la gente lleva tranquilamente sus barcos en verano a Las Palmas, y
luego salen el 21 o 22 de noviembre hacia el Caribe) y por la llegada, Santo
Domingo, casi 400 millas
más lejos que Santa Lucía o Martinica, y en latitud más Norte (según Rafael,
hay mejor Alisio ahora por los 14 o 15º N). Un poco demoledor.
El día es muy tranquilo. Yo diría que un poco tedioso. Esto no
quiere decir nada negativo. Por una vez, creo que llegaremos de una navegada
larga bastante descansados, sin tener que oír aquello de: “pero como
necesitas descansar si vienes de unas vacaciones”. Bueno la vela, lo
crean o no, a veces es un deporte. Durmiendo nunca más de 4 horas seguidas,
etc. Tampoco me quejo, eh.
Cuando me dispongo a redactar el mensaje, la línea de pesca suena. Hemos
pillado algo, y parece grande. Caula está de guardia, y trabaja con
tranquilidad, le deja irse, recoge un poco, le deja irse, recoge un poco. A los
15 minutos, empieza a verse, a unos 50 metros del barco. Es grande. Parece un pez
espada, un “pez vela” según Toño. Mide al menos un metro de largo. Al
acercarse al barco, nada incluso más rápido que nosotros, que vamos al menos a
6 nudos. Como en tantas películas de final triste, cuando ya está cerca, se
suelta. Nos deja hacerle algunas fotos. Es un consuelo algo ridículo. Tampoco
teníamos claro del todo como lo íbamos a subir, pues Antonio dejó el garfio en
Denia. Caula esta sudando lo suyo, y no es una metáfora.
Hoy Mañas ha desarrollado un menú sencillo: para desayunar tostadas
con paté, café con leche y vasos de leche con Cola Cao. Para comer, tortellini
rellenos de jamón con salsa bolognesa reforzada con champiñones, orégano y ajo
en polvo.