A las 08:00 horas, el Irenea sale por la bocana del puerto de Castelsardo, con destino Bonifacio. El pronóstico es de vientos ligeros de poniente, pero conforme se acercan a Capo Testa, el viento se pone de proa, y con una intensidad cercana a los 20 nudos.

El Olyvia ha intentado hacer combustible, pero al ser domingo. La gasolinera estaba cerrada, y además el calado era muy justo. Juan decide no cruzar las bocas, y parar en el extremo norte de Cerdeña, en Santa Teresa de Gallera, donde también estuvimos con el Ataifor en nuestro viaje hacia Nápoles.

Amancio habla con Manuel desde Bonifacio. Se crea una cierta confusión, y al final el Irenea también decide ir a Santa teresa, saltándose la única recalada en tierras Corsas de este año.

Montse y Amancio se van en un barco turístico a darse un baño en la Isla Lavezzi, donde hay decenas de barcos fondeados.

Al día siguiente volvemos en Ferry a Santa Teresa. Llegamos a las 10:30, y nos juntamos con ambas embarcaciones. El pronostico para los próximos 3 días es de mestral mediano, con fuerza 6/7 el martes 8.

Se barajan dos opciones. Quedar en Santa Teresa, y hacer base para moverse a Bonifacio y La Maddalena, o partir hacia La Maddalena, y pasar allí las tres siguiente noches, visitando las playas con coche.

Finalmente, a las 12:00 horas, ambas embarcaciones parten para La Magdalena. Montse y Amancio van en coche a Palau, y de allí cogen el Ferry, que solo tarda 15 minutos.

Hablamos con la capitanía de Cala Gavetta, el puerto histórico en el centro, y reservamos amarre para las dos embarcaciones.