En navegación, entre Las Palmas de Gran Canaria y Santa Lucía.

Como tantas veces ha ocurrido, el mar nos pone en nuestro sitio. Hablábamos ayer de que cosas haríamos al llegar a Santa Lucía, de lo poco que nos quedaba. Y para empezar, al comenzar la noche, el viento cala a menos de 10 nudos, cosa que no teníamos en los partes meteorológicos. Nos queda lo “peor” de los dos mundos: poco viento, y bastante mar de fondo de los días anteriores. Cuando las velan logran hincharse un poco, son vapuleadas por las olas. Además, como vamos en orejas de burro y de popa casi redonda, la mayor golpea crucetas y obenques repetidas veces. Después de un  par de horas en esta situación, llevando el barco a mano, y probando todo tipo de soluciones, decidimos dar un bordo más al sur, navegar más cerca del través, y esperar a que amanezca para levantar spi. Pero el viento rola un poco, y como no puede ser de otra manera, nos lleva más al sur de lo que desearíamos. El sol sale y nosotros en el 13º 30’ N. Quitamos el génova y sacamos spi, pero cuando parece que vamos a arrancar, el viento va calando progresivamente. Y así estamos desde las 10:00 de la mañana, con 10 nudos o menos del Este o Sur Este, navegando a 4 / 5 nudos de velocidad, solo con el spi arriba, y recuperando poco a poco norte. Esta bajada de viento nos tenía que llegar mañana. La conclusión es obvia: parece que no vamos a llegar cuando teníamos calculado. Lo crean o no, esto no afectado lo más mínimo el animo de la tripulación; después de lo que llevamos, que más da 5, 10 o 20 horas más.

Ayer por la tarde comprobamos que el barco que teníamos muy cerca de las 12:00 UTC era el “Ágape”, el Moody 46 de nuestros amigos de la MOA Gareth y Susan, que había reportado algunos problemas con el timón. Les llamamos por VHF, y nos cuentan que todo va bien en el barco. Que continúan los ruidos extraños, pero que han reducido su velocidad, y después de hablar con el diseñador del barco (Bll Dixon) les tranquilizó confirmando que el problema no podría producir una vía de agua. Nos dicen que van comiendo bien, y esperando la llegada más o menos como nosotros. Que tienen en frío la botella de cava que les regalamos para celebrar la llegada. Increíblemente, aun con el problema que han tenido, siguen en posición 10 de la regata. Buena gente y buenos marineros. Optaron por usar la ruta norte, y han tenido algunos días de duras ceñidas, pero ahora reina la calma en el barco. Son un matrimonio joven con un amigo, y Gareth decidió invitar a su madre (que está muy cerca de los 60 años) en el último momento.

Así que otro día más que tranquilo. Al principio, llevando el spi a mano a ver si podíamos sacar algo más de rendimiento. Luego rendidos a la evidencia, con el piloto. Dedicados a la lectura, conversaciones, música y otros menesteres menores. Manuel hasta ha vuelto a echar la caña. Rafael nos alerto sobre la ciguatera, una toxina que llevan los peces del Caribe, que produce parálisis en los seres humanos cuando ingieren su carne.

Hoy me ha tocado cocinar a mí. Acorde con el estado general de ánimo, hemos hecho un buen  aperitivo, con fuet, mohama, patatas fritas, berberechos y salchichas de cocktail. De comida, trinxat (col con patata) y ensaladilla rusa de la que sobró de ayer. De postre, tarta de la que sobró ayer. Economía de esfuerzos.